Reseña de Cuando no tenga presente de Conrado Castilla en Odisea Cultural

http://www.odiseacultural.com/2018/10/12/cuando-no-tenga-presente-conrado-castilla/

CASTILLA RUBIO, Conrado (2018): Cuando no tenga presente. Cuadernos del Laberinto.

Antonio Machado dijo que «La poesía no es sino palabra en el tiempo». Palabra y tiempo, los dos términos que se complementan, que se reúnen, que vuelven a dar sentido a la vida del poeta, en este caso, a la de Conrado Castilla. Palabra y tiempo, alfa y omega de Cuando no tenga presente (Cuadernos del Laberinto, 2018). El alfa, el primer poema, titulado «Proemio» en el que dice:

Casi todos los días voy,

al menos un rato, a las palabras.

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Reseña de Saigón 30 en Lucenahoy.com

https://www.lucenahoy.com/blog/manuel-guerrero/saigon-30-primera-lectura/20181010160613061641.html

Que entre a la primera lectura, se trata de una buena combinación de ritmo, mirada, sensibilidad e inteligencia.

Con estas palabras, la poeta Concha García (La Rambla –Córdoba–, 1956), Premio Jaime Gil de Biedma y Aula Negra, entre otros, responde a la pregunta de qué cualidades debe tener la poesía en la entrevista que le realizo en el número 30 de la revista Saigón. Cualidades presentes en varios de los poemas aportados en estas páginas, como ocurre con Raquel Lanseros o Luis Alberto de Cuenca, dos nombres fundamentales de la poesía actual; una muestra del segundo:

[…] Hay muchos libros

que leer todavía, muchos cómics

que disfrutar a medias, como antes

–cuatro ojos y un tebeo–, mucha música

que escuchar. Somos viejos. Eso es cierto.

Pero aún nos quedan años, días, horas

para volver a ser medianamente

felices. De manera que no llames

a la puerta. Limítate a pasar

y a tomar posesión de mis recuerdos,

que, mientras vivas, serán siempre tuyos.

El resto de poetas cumplen con aquella característica de entrar a la primera, que mencionara anteriormente Concha García: Sensi Budia, Begoña Martínez, Antonio de Egipto, Santiago Moure, José Herrera, Manuel Delgado, José Manuel Pozo Herencia, Daniel Ortega Cobacho, Conrado Castilla, Noelia Illán, Antonio Porras, Estefanía Cabello, Rocío Biedma, Natalia Carbajosa y quien firma este artículo. La poesía ocupa un buen número de páginas, tanto por la variedad de nombres como por la de estilos. Contrástese los versos anteriores de Luis Alberto de Cuenca con estos de Natalia Carbajosa, con el resultado de que ambos se complementan:

cuando seamos viejos

y nos falte energía

para tapar nuevas grietas

lo llevaremos al cuarto más pequeño

donde atenderlo mejor y allí nos seguirá

pareciendo grande

La narrativa de Saigón 30 está compuesta por dos relatos, algo inhabitual, ambos de temática o motivo fantástico, «Ahora o nunca» de Mario Morales Casas y «Creatividad o la bruja» de Zoraida Azahara. Destaca lo extenso y original del primero, y el lirismo del segundo.

En este número la sección de análisis también está presente en un buen número de páginas. El primer texto es una reseña de Antonio Moreno Ayora sobre el libro María Zambrano de Juana Castro. El segundo es la última aportación –valiosísima en todos estos números– de la Historia constitucional de España, la segunda parte de la actual, la de 1978, ensayo que lleva la firma de Julián Valle. Y, por último, la sección de José Manuel Valle Porras, «Una biblioteca en la Conchinchina», dedicada a Las «Memorias» de Abd Allah, último rey zirí de Granada, destronado por los almorávides (1090) de Ibn Buluggin; de nuevo, con la claridad expositiva y la corrección expresiva que le caracteriza.

En cuanto al apartado visual, la cubierta es de Francisco Romero y el interior posee fotos de este y de Carmen Carvajal, además de una ilustración de Cristina Tapia Ros.

La revista se completa con el resumen de las actividades de la Asociación Cultural Naufragio de los últimos meses y las notas biobibliográficas de quienes firman los textos. Estamos ante un número que entra a la primera, una de las cualidades que indicó la poeta entrevistada, Concha García, ante la pregunta de cuáles debe poseer la poesía. Aquí me permito retocar la cuestión para terminar este artículo: ¿Qué cualidades debe tener la revista para ti?

Antonio J. Sánchez me menciona en un poema sobre docentes

Un poema en el Día Mundial del Docente (de Antonio J. Sánchez)

Nunca estuve allí, pero lo he visto;
lo he visto y lo veo ahora
con la nítida memoria de lo no vivido.
Veo a Manuel Guerrero, serio, en pie,
apoyado en su mesa de maestro
como en un poema de Machado.
Le veo y oigo su voz tenue
perfumada con las vocales abiertas de su tierra,
oigo sus palabras de amor a las palabras:
Conjugaciones, diptongos, sinalefas,
Cervantes y Espronceda.
Habla con apacible entusiasmo,
como quien ve un incendio a través
de un cristal empañado por el vaho.
Le veo a él y veo
a Sensi Budia adolescente,
en la segunda fila, un poco a la derecha.
Tiene un bolígrafo en la mano
pero apenas toma apuntes,
prefiere ir bebiéndose la voz y el entusiasmo.
Yo sigo viendo.
Han pasado ¿ocho, diez años?
El paisaje es el mismo,
como de poema de Machado:
el aula, los pupitres.
Ahora es Sensi quien se apoya
en la mesa del maestro.
Ahora la voz no es tenue,
es más como una música,
como si un violín le habitase la garganta.
Son las mismas palabras
que aman a las palabras,
el mismo perfume de vocales abiertas,
el mismo entusiasmo apacible de incendio
visto a través de un vidrio empañado.
Y en Sensi veo a Manuel.
Y veo con claridad,
con la nítida memoria de lo no vivido,
a una, dos, diez Sensis niñas
con el bolígrafo en la mano,
casi sin tomar apuntes,
bebiéndose la voz de violín en la garganta.
Y sé que una vez más el círculo
-o quizás sea una espiral-
está a punto de cerrarse.

Reseña de Al compás literario del tango por Juan de Dios García

http://juandediosgarciaescritor.blogspot.com/2018/09/leido-al-compas-literario-del-tango-de.html

Qué agrado encontrar a un estudioso español de mi generación —cercada culturalmente por el punk-pop-rock-indie anglosajón o el flamenco— al que le apasione el tango y encima fije su atención en el estudio de las letras. Cualquier aficionado a la música sabrá que el tango juega en la misma división literaria que la copla.

   Tiene mérito. Manuel Guerrero Cabrera, siendo andaluz de Lucena, podría haber escogido el compás verbal del cante jondo, millonario en investigaciones y cosechas de los más variados escritores e hispanistas, pero ha decidido en este libro dar una revisión incitante: las inteligentes parodias tangueras a partir de los años treinta, la huella de Rubén Darío en los tangos de Cadícamo, el papel de la censura o la mujer inmigrante en la evolución de las milonguitas al tango-canción, la erudición y el talento del innovador Horacio Ferrer —tuve la suerte de tomar café con él dos horas sin apenas decir una palabra, sólo escuchándole y mirando a la cara a un pedazo vivo de la historia del tango con mayúsculas—, las imágenes bíblicas de Discépolo, el spleen afrancesado de Gardel en ‘Mi noche triste’, su encuentro con Federico García Lorca en Buenos Aires, las metáforas de Cátulo Castillo, Contursi o el inigualable Homero Expósito:

Tu forma de partir

nos dio la sensación

de un arco de violín

clavado en un gorrión.

   Bienvenida esta anomalía de la que he aprendido mucho.

Que no cague. Artículo en Surdecordoba.com

https://www.surdecordoba.com/opiniones/manuel-guerrero-cabrera/que-no-cague

No deja de parecerme asombroso que a estas alturas del siglo XXI emplear la expresión «me cago en Dios» cause problemas. Conozco a mucha gente a la que se la he oído sin ningún tipo de contrariedad, atea también en el absurdo afán de arremeter contra lo que no cree, lo que no deja de ser una pérdida de energía tonta. Pero, claro, cuando leo en las noticias que la ha emitido Willy Toledo, no puedo sino encogerme de hombros y asentir al mismo tiempo, porque llevo varios años pensando que este tipo está gafado, le han puesto velas negras, le han echado mal de ojo o que la diosa Fortuna está cabeza abajo para él y que no hay modo de que le torne a estar derecha (probablemente, porque esta palabra, derecha, no le gusta). Sigue leyendo