Con motivo de su elección, ya se saben muchos datos del Papa Francisco. La prensa nacional e internacional no se ha cansado de etiquetarlo constantemente: argentino, químico, futbolero, dedicado a los pobres, peronista, austero, modesto, implacable contra la eutanasia, líder, tímido… y tanguero.
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Aunque en esto último la prensa nacional no profundiza mucho, hemos de recurrir al argentino diario Clarín para saber que fue vecino de la gran Azucena Maizani, a quien le dio la extremaunción; que el Papa Francisco escuchaba a Tita Merello y prefería bailar la milonga; entre sus intérpretes favoritos se encuentran Gardel, Julio Sosa, Ada Falcón, Piazzolla y Amelita Baltar.
Con el nuevo Santo Padre, el tango mejorará sus relaciones con la Iglesia. Es inolvidable el capítulo de su historia, más cercano a la leyenda, en el que Pío XI (1922-1939) quiso conocer de primera mano si este baile merecía la mala fama que se le relacionaba desde principios del siglo XX, para lo que el embajador argentino convocó al bailarín Casimiro Aín («El vasco Aín», hijo de padres españoles) y la señorita Scotto, quienes bailaron ante el citado Papa y que, finalmente, recibió la santa aprobación. Algo más tarde, con el gobierno de Ramón Castillo (1942-43), comenzó una censura continua a los tangos que emplearan el lunfardo, trataran temas como la droga o el alcohol o el voseo (empleo de «vos»); censura que fue promovida por Monseñor Gustavo Franceschi. Dejando a un lado las vicisitudes del tango con la Iglesia, nos centramos en las letras, pues lo religioso está presente en ellas. El tango, por lo general triste y desencantado, utiliza a Dios, Jesús, la fe y todo lo religioso, negativa e irreverentemente con frecuencia. Citemos algunos ejemplos: Yo quiero morir conmigo, Y la chiva hasta a Cristo Vale Jesús lo mismo que el ladrón. ¡Si hasta Dios está lejano! […] ¡Qué buena fe! Que Dios me ha dao… Amor y fe mentiras son. Y muchas más que nos dejamos atrás, sobre todo aquellas que cuestionan a Dios por el mundo injusto que nos rodea, como Tormenta, de Discépolo; o por el dolor del amor, como Padre nuestro, de Vacarezza; el amor tan fuerte que puede considerarse Pecado (Carlos Bahr); e, incluso, la identificación con Jesús por sus orígenes humildes, en Viacrucis, o en Soy un arlequín, en la relación con María Magdalena («Me clavó en la cruz tu folletín de Magdalena/ porque soñé que era Jesús y te salvaba»), también de Discépolo. –Decime, Dios, dónde estás (Tita Merello, 1964) habla del arrepentimiento. Hay títulos de contenido amoroso, como La mano de Dios (Carlos Waiss) y Ha vuelto Dios (Roberto Vidal), que en algunos aspectos nos recuerdan aquella rima de Bécquer: «Hoy creo en Dios». BIBLIOGRAFÍA: |
Mes: marzo 2013
Guía de la Semana Santa de Lucena en Surdecordoba.com
Un año más realizo la guía de Semana Santa de Lucena (Córdoba) en Surdecordoba.com
Domingo de Ramos: http://www.surdecordoba.com/domingo-de-ramos-en-lucena/
Lunes Santo: http://www.surdecordoba.com/lunes-santo-en-lucena-2/
Martes Santo: http://www.surdecordoba.com/martes-santo-en-lucena/
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Jueves Santo: http://www.surdecordoba.com/jueves-santo-en-lucena/
Viernes Santo: http://www.surdecordoba.com/54911/
Sábado de Gloria: http://www.surdecordoba.com/sabado-santo-en-lucena/
Domingo de Resurrección: http://www.surdecordoba.com/domingo-de-resureccion-en-lucena/
Algunas notas sobre la santería de Lucena en Surdecordoba.com