Un libro recién publicado revela que el artista asistió en 1928 a un partido entre el Iberia y el Barça en el que hubo graves incidentes
TEXTO DE MARIANO GARCÍA
En 1926, cuando Carlos Gardel regresó a Argentina tras una gira por España, el Zorzal Criollo comentaba sus éxitos a un periodista: «Y aunque tenía contrato hasta junio para seguir en Zaragoza y Valencia, tuve que rescindirlo y venirme…». Para muchos especialistas ésta fue la ocasión en que el artista estuvo más cerca de cantar en la capital aragonesa. Pero un escritor andaluz, Manuel Guerrero Cabrera, asegura que Gardel estuvo en la ciudad el 12 de marzo de 1928 y cantó a los postres de un banquete en la Posada de las Almas. Así lo cuenta en su libro ‘Carlos Gardel en España’, que acaba de publicar Cuadernos del Laberinto.
El autor hizo acopio para su investigación de cientos de recortes de prensa de los años 20 del siglo pasado. «Encontré una noticia, publicada en la revista barcelonesa ‘Xut!’ en marzo de 1928, donde se habla de que el Real Zaragoza había ofrecido un banquete al Fútbol Club Barcelona en La Posada de las Almas, y que en ese banquete estaba Gardel, que cantó», relata el investigador. ¿Y qué hacía el artista en ese banquete?
Pues resulta que el domingo previo el Barça había jugado un partido del campeonato de España contra el Iberia. «Gardel era muy amigo de Samitier, jugador del Barça, y siempre que tenía oportunidad acudía a verle jugar al fútbol, no solo en Barcelona –relata Guerrero-. De hecho, en unas declaraciones de septiembre de 1928 a ‘Gaceta Deportiva’, aseguraba que por su amistad con Samitier había seguido al equipo en su correría por varias ciudades durante el Campeonato de España, que él había sido un verdadero viacrucis».
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Sí que hay un dato que utiliza su autor, Manuel Guerrero. «Si el Barcelona se alojó en el hotel Oriente, y Gardel viajó con la delegación blaugrana, lo lógico es que Gardel hiciera noche en el mismo hotel».
Manuel Guerrero, que ha reconstruido minuciosamente los pasos que dio Gardel en España, no ha encontrado datos que avalen la hipótesis de que el Rey del Tango volviera a visitar la capital aragonesa.
«Sabemos que estuvo en España en numerosas ocasiones, algunas de ellas de paso, otras de gira: entre diciembre de 1923 y enero de 1924, entre noviembre de l925 y marzo de 1926, de noviembre de 1927 a junio de 1928… He seguido las giras y no lo he encontrado otra vez en Zaragoza», concluye.
Si la visita de Gardel a Zaragoza había pasado inadvertida hasta ahora se debe seguramente a que el artista la hizo a título privado y ‘camuflado’ entre la comitiva barcelonista. Influyó tambien el azar. Gardel ya había terminado sus actuaciones en España, e incluso se le había dado un banquete de despedida en Barcelona, pero quedó a la espera de noticias de París por ver si acudía allí a cantar. Las noticias se fueron retrasando y Gardel acompañó al Barça de su amigo Samitier. Consta que asistió a la final del campeonato de ese año, que disputaron Barcelona y Real Sociedad en Santander porque lo cuenta Rafael Alberti en sus memorias, ‘La arboleda perdida’.
«Gardel y Samitier se conocieron en 1925 en Barcelona y congeniaron muy bien desde el primer momento –relata Manuel Guerrero–. Samitier y Ricardo Zamora eran sus compañeros de farra nocturna en la ciudad condal. También se llevaba bien con un aragonés con el que coincidió en varias ocasiones, el tenor Miguel Fleta».
¿Qué cantó Gardel aquel 12 de marzo de 1928 en la Posada de las Almas? Los testimonios periodísticos son tan escasos que se puede dar rienda suelta a la imaginación. Seguramente no cantó ‘Los ojos de mi moza’, la jota que estampó en disco poco antes de morir en un accidente de aviación. Pero quizá sí, dado el auditorio, ‘Patadura’, el tango futbolístico y de humor que estrenó ese mismo año y que aseguraba que ‘El juego no es pa’otarios/tenélo por seguro./Hay que saber cortarse/y ser buen chuteador’.