I Premio Internacional de Poesía Breve María Teresa Espasa

El poeta Manuel Guerrero obtiene el Premio Internacional de Poesía Breve ‘M.ª Teresa Espasa’
Valencia, 23 de abril de 2020. Hoy, Día Internacional del Libro, ha tenido lugar el fallo del I Premio Internacional de Poesía Breve ‘M.ª Teresa Espasa’, convocado por la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo y en el que se recibieron 226 obras desde todas partes del mundo, informaron fuentes de la Plataforma.

El jurado, presidido por María Teresa Espasa y formado por Mar Busquets Mataix, Raquel Lanseros, Stella Manaut y Blas Muñoz Pizarro, como vocales, y Elia Saneleuterio Temporal como secretaria sin voz ni voto, ha acordado por unanimidad conceder el premio a la obra “El mismo mito, la otra voz”. Abierta la plica, el ganador ha resultado ser el poeta Manuel Guerrero Cabrera (Lucena, Córdoba, 1980), autor de poemarios como El desnudo y la tormenta (2009), Loco afán (2011), El fuego que no se extingue (2013), Las salinas del aliento (2015) y La ciencia de estar contigo (2018).

En “El mismo mito, la otra voz”, la mirada se detiene en varios arquetipos femeninos del panteón clásico (desde Pandora, la primera mujer, hasta Medusa, condenada a la desgracia) para mostrarlas como mujeres dolientes y marginadas. Sobriedad y clasicismo en un decir que llamea y llama desde el interior de los versos para encontrar su reflejo y su eco en la mujer de hoy. El jurado ha destacado la visión y revisión que este conjunto de poemas hace de los mitos, en un lenguaje claro, pero elaborado y con un ritmo muy cuidado, así como la unidad temática a lo largo de una obra con identidad propia que nos lleva por el camino de la búsqueda y la melancolía En definitiva, un soplo de buena poesía para paliar estos días que nos engullen.

Reseña de Catadora de Lara Cantizani. En Odisea Cultural

https://www.odiseacultural.com/2020/04/03/catadora-lara-cantizani-manuel-guerrero/

Más de diez años después de su último libro, Régimen interior (2009), con el que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Mística Miguel Castillejo, volvíamos a tener entre las manos un nuevo libro de Lara Cantizani (Lucena, 1969-2020), titulado Catadora.

Lara Cantizani fue uno de los autores fundamentales para comprender el arraigo del haiku en nuestro país, además de uno de los más interesantes e importantes editores, al ser responsable, entre otros, de los libros de Cosmopoética (Ana Blandiana, Anna Crowe, Lawrence Ferlinghetti…), de la Colección 4 Estaciones (Mark Strand, Izet Sarajlic…) o de la antología Su nombre era el de todas las mujeres… de Luis Alberto de Cuenca, quien, por cierto, firma el prólogo de Catadora. Sigue leyendo

Las tiritas. Artículo en Lucenahoy.com

https://www.lucenahoy.com/blog/manuel-guerrero/las-tiritas/20200401172934079605.html

No muchas de mis amistades saben que colecciono libritos o guías de Semana Santa de las distintas localidades de Andalucía. En esto, es mi mujer quien me ha regalado buena parte de estas publicaciones. Todos los años, salvo este por motivos de sobra conocidos –y que aún vivimos–, obtengo las de Lucena y Cabra, junto a las de Antequera, Rute y Fernán Núñez, pues tengo amigos que conocen esta pasión y me hacen llegar la guía de sus pueblos. De vez en cuando las miro y voy considerando la posibilidad de visitar alguna procesión curiosa o de gran valor artístico, como las procesiones a correón en Casabermeja, lo que en Antequera llaman correr la vega (que, si no puedo ir, la veo por Internet) o el Rey de Priego. Aunque me encanta la Semana Santa de Lucena, en especial por la santería y el Viernes Santo, me gusta conocer cómo es la manifestación de religiosidad popular de otros lugares.

Hace algo más de un mes, antes de que las procesiones se suspendieran definitivamente, me encontré la guía de la Semana Santa de Lucena de 2018 fuera de su lugar habitual. Al abrirla, me encontré con que mi hija –no podía haber sido otra persona– había cubierto algunas fotos con tiritas de Bob Esponja y Hello Kitty. Me fijé que, curiosamente, no había ninguna colocada en las fotografías de las dolorosas, sino solamente en los Cristos; así que me detuve en cada tirita y descubrí que ella las había colocado sobre las heridas de las manos, los pies o el costado. Me conmovió que una niña de cinco años –aunque creo que las pondría con menos edad– quisiera curar o aliviar las heridas de Jesús con unos apósitos de Bob Esponja, pues ella sabía que con una tirita cualquier rasguño o rastro de sangre en la piel se eliminaba.

Ojalá conserváramos en la adultez ese modo sencillo de ver las cosas, la ingenuidad para solventar los problemas, la confianza en las decisiones de los padres, el amor por vivirlo todo como nuevo, colocar una tirita para curarlo todo. No solo por lo que todo nos parecerá insólito cuando el coronavirus pase, sino siempre. Ya lo dijo Jesús, y queda reflejado en los Evangelios: de los que son como niños es el Reino de los Cielos.