Música inusitada: Maquillaje, un tango nacido de un soneto barroco

«Nadie puede escribir un tango si no sabe escribir un soneto». Esta afirmación pertenece a Homero Expósito, autor argentino de tangos caracterizados por sus vuelos literarios e imágenes insólitas para este tipo de música. Naranjo en flor, Flor de lino o Afiches son algunos de los temas que él ha compuesto. Pero, en su producción, queremos destacar Maquillaje, que surge del siguiente soneto de los hermanos Argensola, poetas del Barroco:
 
A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa
Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.
Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.
Mas ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?
Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!
 
Desde estos últimos versos, en una clara muestra de originalidad dentro del tango, Homero Expósito crea  en 1951 el tango Maquillaje, rápidamente conectado desde su inicio con la alusión a la última estrofa:
 
No…
ni es cielo ni es azul,
ni es cierto tu candor,
ni al fin tu juventud.
Tú compras el carmín
y el pote de rubor
que tiembla en tus mejillas,
y ojeras con verdín
para llenar de amor
tu máscara de arcilla.
Tú,
que tímida y fatal
te arreglas el dolor
después de sollozar,
sabrás cómo te amé,
un día al despertar
sin fe ni maquillaje,
ya lista para el viaje
que desciende hasta el color final…
Mentiras…
son mentiras tu virtud,
tu amor y tu bondad
y al fin tu juventud.
Mentiras…
¡te maquillaste el corazón!
¡Mentiras sin piedad!
¡Qué lástima de amor!
 
Se puede escuchar aquí en la voz de Roberto Goyeneche:
 

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