Un poema de Francisca Sánchez sobre mi participación en los Patios para la poesía

La poeta de Archidona Francisca Sánchez ha escrito este poema en el que recoge sus impresiones sobre la última tarde de Patios para la poesía en la que participé. En él aparecen algunos versos míos («cuesta abajo en el tiempo», «una verdad tan firme como el tiempo»), alusiones a ellos (el «microondas»), e, incluso, el título de algunos de mis poemas y libros («Campeones», «De la semilla negra», «Desaparecerá la tierra» o El fuego que se extingue). Muchas gracias por estos detalles.

PATIOS PARA LA POESÍA
(Crónica IV)

Cuando el sol se va anclando
en la lejana línea del horizonte
como «beso que besa rodando»,
lleno de«vida, amor … Y muerte».
Allí donde la orografía ha dibujado
hermosos toboganes y curvas cicloides,
se desliza «un corazón atemorizado
que busca forzosamente a otro».

Una hermosa plaza, una Torre
y la Ermita de Santa Ana escuchan los versos
que canta el poeta, una guitarra y sus sones.
Aunque «llueva o haga sol»,
«cuesta abajo en el tiempo»,
rememoramos juntos aquellos «campeones»,
«contigo», ausente y tal vez distante,
cercano el recuerdo de tus dones,
tal vez disfrutando un desayuno con diamantes,
preparado según las versadas instrucciones,
de un «microondas para amantes».
Y nos recuerda, que «de la semilla negra»
ya brotaron hermosos poemas antes
sin saber si «desaparecerá la Tierra»
con «el fuego que no se extingue»
y nos enciende y nos incendia…

Así nos va cantando el poeta
y declina la tarde en las farolas
abrazadas por la enredadera,
cual «paternidad» abraza amorosa,
y al encuentro de su luz se eleva.
Mientras los niños «encierran las vacas en su corral»
yo, «elefante ebrio de sueños»,
oigo cantar a un «borriquillo
que vuela»,
y en esta plaza que a diario oye mis pasos…
De repente, me siento «extranjera».

Se cierran los Patios, al ocaso,
«Una verdad, tan firme como el tiempo»…
La Plaza, la Ermita y la Enredadera.

Francisca Sánchez

La amistad entre Carlos Gardel y Rafael Alberti. Artículo en Surdecordoba.com

A José Jesús Conde, gardeliano

20 de mayo de 1928, la final de la Copa del Rey o Campeonato de España fue disputada por el Fútbol Club Barcelona y la Real Sociedad, que acabó con victoria del primer equipo por tres a uno, en el campo de El Sardinero en Santander. En aquel lugar, en aquel momento, coincidieron el poeta Rafael Alberti y el cantor Carlos Gardel, ambos fueron invitados y estuvieron acompañados por el escritor y editor José María de Cossío; curiosamente, Alberti era el único de los tres que no tenía interés por el fútbol, si bien posteriormente manifestaría su simpatía por el equipo catalán en aquella final. Gardel sí que iba con los azulgrana, porque contaba con varios amigos suyos en las filas del Barcelona, nombres propios de la historia de este equipo y del fútbol español, tales como Josep Samitier (apodado «El mago», gracias a que el cantor lo llamaba así, según el periodista Josep María Lladó i Figueres, como recoge el blog Gardel-es), Vincenç Piera y Franz Platko, entre otros. Este último, Platko, es otro punto de unión entre estos dos hombres, pues fue el héroe de aquel duro partido (a causa de un golpe, tuvo que ser retirado del campo, pero volvió con la cabeza vendada para terminar el partido), y emocionó de tal manera a Alberti que este le escribió una oda publicada en Cal y canto (1929); en cuanto a Gardel, se corrió la leyenda de que el mismísimo Zorzal le había puesto las vendas al jugador y que le había alentado a volver al juego, de la amistad que se tenían. Celebraron la victoria en el hotel con los catalanes, con «banderines separatistas» y el canto del «Els segladors»; con el poeta gaditano y con Cossío, se encontraba Gardel quien interpretó algunos tangos.

Ese día, 20 de mayo de 1928, Gardel y Alberti se conocieron en Santander. Alberti dejaría escrito sobre él lo siguiente en sus memorias que llamó La arboleda perdida:

Con él [Gardel] salimos aquella misma madrugada para Palencia. Una breve excursión, amable, divertida. Gardel era un hombre sano, ingenuo, afectivo. Celebraba todo cuanto veía o escuchaba. Nuestro recorrido por las calles de la ciudad fue estrepitoso. Los nombres de los propietarios de las tiendas nos fascinaron. Nombres rudos, primitivos, del martirologio romano y visigótico. Leíamos con delectación, sin poder reprimir la carcajada «Pasamanería de Hubilibrordo González»; «Café de Genciano Gómez»; «Almacén de Eutimio Bustamante»; y éste sobre todos: «Repuestos de Cojoncio Pérez». Un viaje feliz, veloz, inolvidable. Meses después, ya en Madrid, recibí una tarjeta de Gardel fechada en Buenos Aires. Me enviaba, con un gran abrazo, sus mejores recuerdos para Cojoncio Pérez. Como a mí, era lo que más le había impresionado en Palencia.

Entrevista a Ana Blandiana en Surdecordoba.com

https://www.surdecordoba.com/la-lupa/entrevista-la-gran-poeta-ana-blandiana

ENTREVISTA A ANA BLANDIANA

Manuel Guerrero Cabrera

Traducción de Viorica Patea

El VI encuentro de poesía de la Asociación Cultural Poética de Puente Genil tuvo como invitada de honor a una de las voces más importantes de la literatura europea actual, Ana Blandiana, a quien hemos podido entrevistar para Surdecordoba.com. Sirva esta línea para agradecer a Antonio Roa que haya contado conmigo.

Ana Blandiana (Timișoara, Rumanía, 1942) es una de las principales figuras literarias de Rumanía, con gran influencia en el panorama actual europeo. También es conocida su faceta política como crítica del régimen y de la censura comunistas, en especial en la Rumanía de Nicolae Ceaușescu. En 1964 publicó su primer libro Primera persona del plural (Persoana întâia plural), al que siguió algo más de una treintena de títulos en distintos géneros literarios, entre los que destacan los poemarios Octubre, noviembre, diciembre (Octombrie, noiembrie, decembrie; 1972), Estrella de presa (Stea de prada, 1985), El sol de después (Soarele de apoi, 2000), El reflujo de los sentidos (Refluxul sensurilor, 2004) y Mi patria A4 (Patria mea A4, 2010), y los libros de relatos Las cuatro estaciones (Cele patru anotimpuri, 1977) y Proyectos de pasado (Proiecte de trecut, 1982). Posee las distinciones de la Chévalier de la Légion d’Honneur de Francia (2009), el Premio Herder (1982), el Premio Poeta Europeo de la Libertad (2016), el Premio Internacional de Literatura Vilenica (2002) y el Premio Internacional de Poesía Camaiore (2005), entre otros.

1.- «En un mundo donde se habla y se escribe tanto, el objetivo de la poesía se ha convertido en salvar el silencio», según sus palabras ¿el silencio también es poesía?

Diría que el silencio es un ideal para la poesía, un ideal que, como cualquier otro, no puede ser alcanzado, pero que existe mediante un camino hacia él y la ambición de la poesía es decir menos para sugerir más. El siguiente paso sería no decir nada para sugerirlo todo.

2.- En 2006 dijo que soñaba «una poesía sencilla, limpia y transparente […]. Una poesía donde las palabras se juntan obedeciendo órdenes misteriosas». ¿Ha cumplido este sueño?

Es cierto que sueño con escribir un poema que se parece a aquellos monasterios, como en Italia, cuyas paredes tienen pintados unos paisajes. En estos paisajes, desde distintos ángulos, se pueden vislumbrar figuras de santos; es decir, aspiro a una poesía que tiene distintos planos y la posibilidad de descubrir distintas profundidades y, en estas profundidades, vislumbrar algunas cosas que no se ven a primera vista. A la pregunta de si he podido realizar este ideal, no lo sé… Es un ideal. Espero que sí. Creo que a lo largo del tiempo la poesía que escribo es cada vez más austera, une menos palabras y metáforas. Más bien se concentra en una metáfora que es el esqueleto del poema y no un adorno.

3.- Usted ha sufrido la censura de un régimen comunista («cada frase publicada significaba una victoria», llegó a decir) y dijo que su mayor miedo es la autocensura y, por consiguiente, lo políticamente correcto. ¿En libertad la palabra de una escritora, de un escritor, puede perder su valor?

Me parece que es triste que gente que siempre ha vivido en libertad inventen para sí y para otros una forma de censura. Hace algunos años, en Estados Unidos, unos americanos elaboraron en The New Yorker un listado de palabras y expresiones que no se debían utilizar. Ni la censura estalinista había creado algo así. Y con ese listado se sugería que la gente tenía que censurarse a sí misma. ¿Por qué? Lo consiente gente que no conoce el sufrimiento de vivir en un régimen de falta de libertad y que no se da cuenta de lo peligroso que es este invento que se propone.

4.- Le pido que cite algunos nombres importantes de la Literatura rumana para usted.

Los poetas que son unánimemente reconocidos en la poesía rumana: en el siglo XIX Mihai Eminescu, que es romántico; en el periodo de entreguerras Lucian Blaga, Tudor Arghezi y Ian Barbu, que son distintos entre sí, pero que se interesan por crear una poesía de esencia, que van más allá de las corrientes literarias. Después de la II Guerra Mundial, Nicolae Labiş, un gran poeta joven que murió a los 21 años en un accidente; también las poetas neo-modernistas Nichita Stanescu y Marin Sorescu. Cartarescu es un poeta más conocido por su prosa y sus novelas… Hay grandes poetas mujeres: Ileana Malancioiu, Nora Iuga, Marta Petreu… Rumanía es un país en el que se ha escrito siempre mucha poesía y en condiciones adversas, la última generación tienen entre 20 y 25 años y viven en un mundo difícil, en el que ser poeta significa condenarte a una vida de penuria y miseria; sin embargo, escriben bien y publican con muchos sacrificios, pagando ellos mismos sus propios libros. Puedo decir que Rumanía se distingue por su tradición y obstinación por escribir poesía. Hay un refrán que dice «El rumano ha nacido poeta», que tiene su origen en que hay una tradición de creación oral y popular muy importante.

 

5.- ¿Qué aspectos de la cultura española le han llamado la atención?

No es necesario decir la admiración que siento por los clásicos de la literatura española. Respecto a los contemporáneos, muchos los he conocido por casualidad y no tengo derecho a opinar al no disponer de datos suficientes para ello, ya que no leo español y sólo los conozco a través de las traducciones.

6.- La revista Saigón y yo mismo somos de Lucena, donde se publicó la primera antología de su obra en español, un libro bilingüe titulado Cosecha de ángeles. La cules îngeri (Juan de Mairena y de Libros, 2007). ¿Conoció esta edición? ¿Qué opinión tiene de ella?

¡Claro que sí! Este libro se ha publicado con ocasión de Cosmopoética, uno de los festivales de poesía más maravillosos en los que he participado. En aquel entonces, Córdoba aspiraba a ser capital europea, motivo por el que se organizaba este festival y se invertía mucho en cultura. Esta primera antología publicada por un hispanista y un poeta que no sabía rumano. Rafael Pisot era este hispanista que trabajaba en el Instituto Cervantes de Bucarest; primero fue lector en la Universidad de Iaşi y se enamoró de una mujer rumana que llegó a ser su mujer.

Foto: Gema Albornoz

MOLECULE DE CALCIU

Să un mă grăbesc,

Să las timpul să treacă,

Fiecare secundă-n cădere

Erodează puţin

Suferinţa.

Să aştept.

Fiecare val ce se spage

Sapă în stânca

De care-s înlănţuit,

Fiecare fir de rugină

Subţiază lanţul.

Într-un mileniu, în două,

Stânca va fi nisip,

Fierul verigilor pulbere,

Oasele mele, molecule de calciu

Risipite în apă,

Suferinţa nimic.

Reseña de Maldito y bienamado Bibelot de Heberto de Sysmo

https://elcoloquiodelosperros.weebly.com/la-biblioteca-de-alonso-quijano/maldito-y-bienamado-bibelot

MALDITO Y BIENAMADO BIBELOT DE HEBERTO DE SYSMO

Manuel Guerrero Cabrera

Sysmo, Heberto de (2017): Maldito y bienamado Bibelot. Baile de Sol, 75 pp. Poemario ganador del II Certamen Nacional de las Letras «Isabel Agüera» Ciudad de Villa del Río.

Heberto de Sysmo (seudónimo del valenciano José Antonio Olmedo López-Amor), autor de los poemarios Luces de antimonio (2011), El testamento de la rosa (2014), La soledad encendida (2015) y La flor de la vida (2016), ofrece en Maldito y bienamado Bibelot cómo el lenguaje es expresado, desde su concepción hasta su plasmación.

Sigue leyendo

Poesía mediúmnica: de Víctor Hugo a Jacob Lorenzo. Artículo en Lucenahoy

http://www.lucenahoy.com/blog/manuel-guerrero/poesia-mediumnica-victor-hugo-jacob-lorenzo/20180606102332058393.html

Víctor Hugo escribió en casi todos los géneros literarios, aunque siempre se le recordará por las grandes novelas Nuestra Señora de París y Los miserables. Uno de los aspectos más curiosos de su vida, que enlaza con su obra, es su interés por el espiritismo en sesiones que empleaba, en principio, para comunicarse con Léopoldine, su hija fallecida, y en las que después consiguió contactar, entre otros, nada menos que con Dante, Jesucristo, la propia Muerte o Shakespeare, quien dictaría una nueva obra desde el más allá, más simbolista que isabelina para la crítica. Hugo escribirá sus impresiones, en especial de lo que hablaba con la Muerte de lo creativo, en un poema titulado «Lo que dice la boca de la sombra»:

¿Tu crees que el océano, que se crece y que lucha

podrá contentarse con bostezar día y noche

para nada, exhalando un ruidoso vapor

y querría rugir bajo el raudo huracán

si el rugido no fuera una palabra?

¿Supones que la tumba, en musgo y noche envuelta

tan solo sea silencio?

Se puede afirmar que Hugo no realizaba la denominada escritura automática ni la poesía involuntaria, porque hay mucho de consciencia en el estilo de los textos, pero que empleó para conseguir mayor libertad creativa.  Si alguien tuviera interés, hay un libro titulado Lo que dicen las mesas parlantes, en el que se transcriben estas sesiones espiritistas del escritor francés.

Otro autor seducido por el espiritismo y el ocultismo, además de haber leído bastante sobre ello, fue el Premio Nobel de Literatura W. B. Yeats, quien se dejó influir por la escritura automática, que su esposa, la médium Georgie Hyde-Lees, utilizaba expertamente. Gracias a ello, aparecen los volúmenes poéticos Los cisnes salvajes de Coole, La torre La escalera de caracol; su lírica es primordialmente simbolista y se anticipa al surrealismo.

Más llamativo es el caso de James Merrill y su obra El libro de Efraín. Escrito junto con su pareja David Jackson, contiene 26 poemas, cada uno relacionado con una letra de la güija que utilizaron para la comunicación con el otro mundo y gracias a la que pudieron hablar con autores de la talla del citado Yeats o Proust; uno de los espíritus contactados es Efraín, su guía por más de treinta años, que figura en el título. Sea o no gracias a este espíritu, lo cierto es que la crítica, con Harold Bloom entre ella, alabó este libro.

No podemos olvidar a la genial poeta Sylvia Plath, quien era muy aficionada a la güija. Tenía como guía un espíritu llamado Pan que llegó a acertar el nombre de la editorial de su siguiente libro (por entonces), Knopf. La misma poeta afirmaría que aquello era un divertimento, con la intención de buscar algo nuevo sobre lo que escribir e, incluso, para evadirse de la realidad. Así se expresa en el poema «Ouija», en el que se refiere a Pan, aunque parece hablar de su propia escritura:

La boca de cristal succiona el calor de la sangre de mi dedo índice.

A cambio, el viejo dios babea, gota a gota, el flujo de sus palabras.

También él, el viejo dios, escribe poesía áurea

En modos deslucidos, desvariando entre los desechos,

Cronista imparcial de todo fétido declive.

Por supuesto, el marido de Plath, Ted Hughes, también practicó el espiritismo, pero nos resulta menos revelador e interesante que la poeta estadounidense.

En este punto llegamos a Jacob Lorenzo, quien en la última edición de Versos en serie de Lucena, ofreció un curioso y genial poema en el que un personaje de ficción, Harvey Specter (de Suits), establecía contacto mediante la güija con el poeta Federico García Lorca. En la línea de consciencia de Hugo y del mundo interior de Plath, Jacob Lorenzo consiguió dar voz al poeta granadino desde el más allá, como si se hubiera comunicado verdaderamente mediante la conocida tabla de contacto con los espíritus. No se limitó a reescribir a su modo (como hubiera hecho el francés) una obra o unos versos de Lorca, ni realizó ninguna sesión de escritura automática (como Yeats), sino que las palabras contenían su espíritu. Sin duda, estaba con Federico:

La sombra de mi alma

huye por un ocaso de alfabetos,

niebla de libros

y palabras.