Mes: abril 2018
Siempre hay tiempo 122: Paco Roca
Reseña de El hombre tras el monstruo de Francisco Segovia Ramos en Odisea Cultural
http://www.odiseacultural.com/2018/04/13/hombre-tras-monstruo-francisco-jose-segovia/
El escritor granadino Francisco José Segovia es uno de los autores de misterio, terror y ciencia-ficción que más reconocimientos tiene en su trayectoria. Uno siente admiración y envidia al leer la extensa relación de premios y menciones que figura en su entrada en Wikipedia. Entre sus obras, destacan Lo que cuentan las sombras (Alkaid, 2010), Viajero de todos los mundos (Irreverentes, 2013) o Los náufragos del Aurora (The Black House, 2015). Sigue leyendo
Siempre hay tiempo 121: Ya no quedan junglas adonde regresar de Carlos Augusto Casas
Citado por Conrado Castilla en una entrevista
El escritor Conrado Castilla me cita en una entrevista que firma Maribel Ozgaz para Leer en Madrid:
Podría recomendar otros poetas que en su opinión sean interesantes.
Son muchos los poetas que podría recomendar pero me voy a ceñir solo a algunos bastante conocidos como Jesús Aguado, Juana Castro o Ángeles Mora, pero también a otros que aunque quizá lo son menos, como Francisco Onieva o Manuel Guerrero, desde mi punto de vista están llamados a desempeñar un papel, importante en la poesía española actual.
Puedes leer la entrevista completa aquí:
http://www.leerenmadrid.com/2018/03/la-poesia-es-observar-la-vida-desde.html
Desangelado el cielo. Poema de Sensi Budia en el que me cita
En enero de 2018 Sensi Budia publicó su primer libro titulado Veinte teselas para un pequeño mosaico. La primera tesela, el primer poema, tiene el título y la cita procedente de uno de los poemas de Las salinas del aliento: «Desangelado el cielo». Gracias, Sensi.
Tango y judaísmo. Artículo en Lucenahoy.com
http://www.lucenahoy.com/blog/manuel-guerrero/judaismo-tango-marcel-lattes/20180408144715055742.html
Tras la presentación de mi libro Al compás literario del tango, una de mis amistades, cuyo nombre prefiero mantener en el anonimato, me comentó que debería haber tratado la relación que hay entre este género musical y el judaísmo. Lo cierto es que, lejos de ser una sugerencia peregrina, se trata de un asunto muy complejo, porque hay muchos nombres de artistas que fueron judíos y que resultaron relevantes para el tango. Por ejemplo: Max Glücksman, quien patrocinó varios concursos de tango y se considera pionero del cine argentino y de la industria discográfica, fue el responsable de las grabaciones y giras realizadas por Carlos Gardel; o León Benarós, laureado escritor y autor –también premiado– de algunas letras de tango.
Pero hay muchos más: Luis Rubinstein, autor del imprescindible tango Inspiración; Antonio Gutman, bandoneísta que formará la Orquesta Típica «El ruso de la Galera»; los cantores Roberto Beltrán y Chico Novarro; el director teatral –y autor, bailarín y escritor– Elías Alippi; el excelente compositor y pianista Alberto Soifer, que estuvo a las órdenes de Canaro y Fresedo, entre otros; etc.
Para profundizar en este tema, se recomiendan Tango judíode Julio Nudler y El Tango, una historia con judíos de José Judkovski.
No quiero dejar atrás a las mujeres judías que hicieron su aportación al tango, como la poeta Silvia Spitalnik, la cantante Rosita Montemar o, más actual, Susana Blaszko.
De los nombres que he silenciado en este artículo de aproximación a este tema, quiero rescatar el de Marcel Lattes (Niza, Francia, 1886). Solamente aportó un único tema al mundo del tango, Cuando tú no estás, a requerimiento de Carlos Gardel en 1932, para que pusiera música a las películas La casa es seria y Melodía de arrabal (ambas se rodaron en Francia). Lattes y Gardel pusieron la música a Cuando tú no estás, que habían escrito Alfredo Lepera y Mario Battistella para la segunda de las películas mencionadas anteriormente. No hay duda de que Gardel y él se guardaban un enorme afecto, como demuestran las palabras del Zorzal cuando se refería a Lattes como «el celebrado maestro». Falleció en el campo de concentración de Auchswitz durante la Segunda Guerra Mundial el 12 de diciembre de 1943, hace setenta y cinco años nada más. Curiosamente, aunque no tenga nada que ver con el tango, Si esto es un hombre de Primo Levi, uno de los libros imprescindibles sobre el holocausto, comienza a contarnos el horror desde el 13 de diciembre de ese año, hace tan solo setenta y cinco.