La breve eternidad de Morfeo

Hace diez años falleció el joven escritor egabrense Rafa Manjón-Cabeza Guzmán (1980-2007) y me gustaría recordarlo con esta reseña sobre su obra póstuma La breve eternidad de Morfeo, que apareció en el nº 10 de la revista Groenlandia.

ETERNO RAFA MANJÓN-CABEZA

Manuel Guerrero Cabrera

Rafael Manjón-Cabeza Guzmán, La breve eternidad de Morfeo. Cabra, Ayuntamiento de Cabra, 2010, 190 pp.

Quienes tuvimos la suerte de conocer a Rafa Manjón-Cabeza Guzmán seguimos impresionados por su ausencia y por lo mucho que nos aportó en poco tiempo (poquísimos meses en mi caso). Al menos nos quedó su obra, desde la que sigue marcándonos; por lo que la publicación de toda su poesía y su prosa creativa por el Ayuntamiento de su localidad, Cabra, es algo inmenso y necesario para quienes lo leímos en Saigón, La Opinión de Cabra o en algún correo personal en el que te confiaba algún poema de su autoría para leerlo y compartir opiniones.

            Respecto a su obra poética (recogida en El incierto destino de los dardos), don Antonio Roldán la definió, acertadísimo, como «necesaria, profunda, rebelde y juvenil, amorosamente inspirada»; en cambio, su obra narrativa compuesta por diez textos de diversa índole (aunque el desencanto o la desilusión es algo que encontramos muy a menudo), quedan agrupados en el volumen que aquí comentamos y no dejan indiferente a nadie.

            Quizá por razones biográficas del autor, impacta al lector su lectura. Ya Raquel García, quien mejor lo conoció, nos lo descubre en su prólogo: «relatos llenos de inolvidables vivencias y de una visión auténtica, original, crítica y sensible».

Pero, dejando aparte este rasgo vital (además, difícil de eludir), hay que elogiar la técnica narrativa, llena de información visual y de diálogos (no podemos descartar una posible influencia cinematográfica) y la calidad literaria de los personajes protagonistas y su final: un suicida que piensa que la muerte es sólo un momento fugaz, un artista catalán en Córdoba donde trata de estrenar su obra de teatro, un anciano que se enfrenta a una enfermera manipuladora, un «Quijote» de Verne o un muchacho que ve cumplidos sus deseos por las lágrimas de San Lorenzo, son algunos de ellos. En cada relato conocemos sus motivos para la acción y sus pensamientos, a modo de expresa confesión del autor mediante sus personajes; por lo que, sin pretenderlo, hemos vuelto a unir vida y obra: la muerte es un instante y, luego, viene la nada; hay que vivir hasta el último instante para realizar tus sueños; no hay que perder la esperanza y actuar ante lo injusto; la libertad está en el interior de cada uno; los deseos se cumplen, pero tienen sus consecuencias.

            Al contrario, totalmente al contrario que en su poema «El finito tiempo perdido»:

Un único aplauso

pareció el cierre de aquel libro.

Y no mereció más

la atmósfera vacía que quedó dentro.

            Digno de varios aplausos es este volumen (para Rafa y todos los que lo hicieron posible) por entregarlo a los lectores, quienes se sentirán colmados de buena literatura y de la reflexión de cuánto podría haber seguido aportando este ya eterno egabrense, si no hubiera caído por siempre en las redes de Morfeo.

Reseña de Píldoras de papel en Odisea Cultural

http://www.odiseacultural.com/2017/08/04/resena-manuel-guerrero-pildoras-papel/

PÍLDORAS DE PAPEL DE ANA PATRICIA MOYA

Manuel Guerrero Cabrera

Ana Patricia Moya (2016): Píldoras de papel. Huergo & Fierro, 127 pp.

POESÍA: MEDICINA DEL POBRE

Me indigesto con píldoras de papel,

cápsulas-poemas que se refugian

en mis caóticos cuadernos

para encadenarme a la cordura.

Estas son las primeras palabras de Píldoras de papel de la cordobesa Ana Patricia Moya, con las que, casi a modo de aviso de una caja cualquiera de pastillas farmacéuticas, nos informa de que solamente hay sensatez en la expresión poética, presentada como «medicina del pobre», tanto por la escasez de recursos como por la del espíritu. En este poemario, más allá de lo tangible, se habla de lo anímico en cuatro partes («Sonámbula», «Peter Pan y sus fantasmas», «Eso extraño que llaman amor» y «Mi corazón es una tundra»).

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La aportación de Rafa Manjón-Cabeza Guzmán en Saigón. Artículo en Sur de Córdoba

http://www.surdecordoba.com/opiniones/manuel-guerrero-cabrera/la-aportacion-rafael-manjon-cabeza-guzman-la-revista-saigon

LA APORTACIÓN DE RAFAEL MANJÓN-CABEZA GUZMÁN EN LA REVISTA SAIGÓN

Manuel Guerrero Cabrera

A diez años de su pérdida, considero que es preciso recordar la obra de Rafael Manjón-Cabeza Guzmán (Cabra, 1980 – 2007). Para quien firma estas líneas, este repaso a lo que escribió en las páginas de la revista Saigón es un modo personal de homenajearlo.

El primer texto que firma el poeta egabrense Rafael Manjón-Cabeza Guzmán en la revista no aparece en el número 0 (como ocurre con la mayoría de los colaboradores habituales de esta primera etapa) ni es poesía. Publicado en el nº 1 (2004), se trata del artículo de opinión «Bradbury, Moore y la realidad», en el que, a partir del documental Farenheit 9/11 de Michael Moore, realiza una crítica de la política internacional de Estados Unidos tras los atentados de las Torres gemelas y lo relaciona con el libro Farenheit 451 de Ray Bradbury. Es un texto lúcido y brillante, así como clarificador de la actitud personal del joven autor. Sigue leyendo

Una respuesta de Julián Valle sobre Cuatro películas

El pasado mes de junio publiqué en Sur de Córdoba Cuatro películas, un artículo en el que exponía mi sorpresa ante las alabanzas a La La Land. He aquí una llamada de atención a ese texto que firma Julián Valle Rivas (por supuesto, la volveré a ver):

http://www.surdecordoba.com/opiniones/julian-valle-rivas/preocupado-guerrero