Después de la música de Jesús Cárdenas en Lucenahoy.com

Nueva aportación en Lucenahoy.com
http://www.lucenahoy.com/lucena/blogs-opinion/en-la-enfre-y-en-la-lengua/item/7663-opinion-despues-de-la-musica-de-jesus-cardenas-por-manuel-guerrero
El próximo 24 de abril, jueves, a las 19:30 horas, en la Biblioteca de Lucena, se presentará Después de la música, el nuevo libro del poeta Jesús Cárdenas. Atendamos a lo que nos ofrece en sus páginas.
 
«Si no quieres verte involucrado en un sinfín de sensaciones, deja este «DESPUÉS DE LA MÚSICA» de lado». Sé que resulta poco ejemplar y muy cuestionable que tome las palabras de otro para dar paso a las mías, en especial, si se trata de una reseña o un artículo con atención a una obra literaria; no obstante, estas palabras de Enrique Gracia Trinidad, que prologan Después de la música de Jesús Cárdenas, son las más acertadas que se hayan podido escribir sobre este gran volumen poético, del tal modo que cualquiera que yo añada no llegará a igualarlas. Es más, Gracia Trinidad remata brillantemente esta aserción de la siguiente manera: «A este tipo de libros se llega por la complicidad, por el abandono, por la necesidad de estar vivo más allá de la simple respiración, del trabajo cotidiano o de los asuntos domésticos».
 
Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaíra, 1973), Primer Premio en el XVI Certamen de Poesía «José Mª De Los Santos», convocado por el Ayuntamiento de El Viso del Alcor, por Algunos arraigos me vienen, en 2006; y el premio en el Concurso Internacional de Poesía «Latin Heritage Foundation, Washington», 2011, por el poema «Días grises» y Premio «Juan Sierra», 2013, de poesía joven por Raíces de ser; es también autor de los volúmenes La luz de entre los cipreses (En Huida, 2011) y Mudanzas de lo azul (Vitruvio, 2013); de lo que deducimos una galardonada carrera, en pocos años, y un futuro poético más que prometedor.
 
Para llevar a cabo lo que Gracia Trinidad apuntaba, el poeta Jesús Cárdenas ofrece Después de la música con un predominio del YO poético, que implica intensidad interior y subjetivismo, al que de forma acertada le hace corresponder un TÚ, que da lugar a la comunicación, tanto consigo mismo como con el lector, en el que lo subjetivo no es completamente egoísta, porque la necesidad de ese YO es la segunda persona.
 
Me he encontrado contigo
–no sabría decir si con ansia o con terror–,
ibas apagando al vuelo llamaradas,
a tranquilizar desde el corazón
hasta la boca.
 
La obra se estructura en cinco partes interrelacionadas entre sí y agrupadas por temas: la soledad y el tiempo en la primera, El rescate en otras palabras; la evasión en las miradas, las fotografías o el mar en Vías de escape, la segunda; el vacío y el desencanto se encuentran en la tercera, Otro infierno puede ser posible; en Demasiado espacio, hallamos un dolor de carácter interior; y, en la última sección, Un cielo cegador, impera la melancolía.
Para esta temática, el autor hace uso de unos elementos comunes, que son los que dan a las secciones la interrelación antes referida: la palabra, el silencio y la música.
El primer poema ya es muy claro en este sentido, y en conjunción con los temas:
 
He depurado el cielo con palabras
a base de desgarros,
de morder los sentidos.
 
 
En otros hallamos, gracias a ella, la creación de una extraordinaria metáfora:
 
Si su hilo no responde a las medidas,
tal vez sea mejor no dejarlas escapar,
que sean sepultadas por el silencio,
mejor tus labios, mágicos, posibles;
las redes de tus labios
por mis islotes de palabras
si no nos llaman, si no nos conmueven.
 
Y la palabra en todo lo que conlleva:
 
Acercarme a los límites, a su significado.
[…] O, tal vez, queden en eufemismos
por si, al pronunciarlas, suena un réquiem.
 
Así, lo que suena en sus versos es la presencia de la música, que busca la unidad con la palabra mediante el tratamiento del dolor, del tiempo, de la esperanza:
 
Cómo cantar ahora la esperanza de entonces,
si he pisoteado el otoño.
 
Y nos queda el silencio como otro de los elementos fundamentales del libro, en especial, por las llamativas sugerencias hiladas en los versos:
 
Es hora de partir sin equipaje.
Ese día no me veréis
-no me gustaron los pañuelos
ni los apretones.
 
Quizás oiréis cerrar la puerta,
los pasos en el umbral.
 
Desde luego, la poesía de Jesús Cárdenas es una exaltación de la palabra y sus consencuencias, pues la palabra que nos ofrece nos acompaña en verso, en música y en su consecutivo silencio. Todo ello formará parte de nosotros, porque su poesía habla del tiempo, de las fotografías, del dolor, de la melancolía y de tantas cuestiones cotidianas a las que Jesús no es ajeno.
 
La espesura del silencio
                                     te lanza un golpe.

Guía de la Semana Santa de Lucena en Surdecordoba.com

Un año más, he realizado la guía de la Semana Santa de la localidad cordobesa de Lucena, en la que este año destacarán el regreso a las calles del paso de la Crucifixión o Barrenillas el Martes Santo, el descubrimiento del documento con la autoría del Lavatorio en el escultor Pedro de Mena y el CDL Aniversario de la Cofradía de la Soledad. También, como siempre, no hay que perderse al Cristo de la Columna (Pedro Roldán, 1675) el Jueves Santo ni al Nazareno (anónimo, siglo XVI) el Viernes.
Domingo de Ramos: http://www.surdecordoba.com/lucena/domingo-ramos-lucena-0
Lunes Santo:http://www.surdecordoba.com/lucena/lunes-santo-lucena-1
Martes Santo: http://www.surdecordoba.com/lucena/martes-santo-lucena-0
Miércoles Santo: http://www.surdecordoba.com/lucena/miercoles-santo-y-jueves-madrugada-lucena
Jueves Santo:http://www.surdecordoba.com/lucena/jueves-santo-lucena-0
 Viernes Santo: http://www.surdecordoba.com/lucena/viernes-santo-lucena-1
Sábado Santo: http://www.surdecordoba.com/lucena/sabado-santo-lucena-0
Domingo de Resurrección: http://www.surdecordoba.com/lucena/domingo-resurreccion-lucena-0

El blanco de la Virgen de la Paz. Poema en Campanitas

EL BLANCO DE LA VIRGEN DE LA PAZ
(c) Manuel Guerrero Cabrera
El fresco rocío al alba,
despedida de la noche,
despedida es entre lágrimas.
Dice adiós la primavera,
cuando el último azahar
perfuma la Plaza Nueva.
Por su Hijo también María
llora cada Martes Santo
de blanco manto vestida…
De alba y azahar blanco.

 

Poema publicado en Campanitas, 2014, p. 54.

La santería de 2002 a 2006 (II): Familias en las cuadrillas

En el número 27 de Campanitas, correspondiente a 2014, páginas 49-51, se ha publicado este artículo, que complementa al que aparecerá en Silencio.
 Artículo complementario a este: http://manuelgc.blogcindario.com/2014/04/00275-la-santeria-de-2002-a-2006-parte-1-poblacion-numero-y-esquinas.html
LA SANTERÍA DE 2002 A 2006: FAMILIAS EN LAS CUADRILLAS
Manuel Guerrero Cabrera
 
«La pertenencia, además, a asociaciones y grupos de sociabilidad para el ritual –hermandades, cofradías, corporaciones, cuarteles, cuadrillas de costaleros, santerías, incensarios, bandas musicales, etc.– supone también una importante vía para la superación del aislamiento individualista que conlleva la modernidad. […] sus componentes, sin perder la individualidad del protagonismo, son y se sienten parte de un nosotros colectivo que trasciende el individualismo: bajo los antifaces, todos iguales, de nazarenos, o bajo las trabajaderas o el varal de un paso o trono».
 
Estas palabras de Isidoro Moreno Navarro se relacionan claramente con la Semana Santa, una de las fiestas de carácter social-religioso más importantes de Lucena, al igual que en la mayor parte de Andalucía. Frente a otras poblaciones, destaca su originalidad en el modo de llevar los pasos, denominado santería, que, pese a ser exclusiva de los hombres, implica a toda la familia de varias generaciones. Este trabajo es complementario al publicado en la edición de la revista Silencio de este año, en el que se analizan datos de población, santeros y sitios, entre 2002 y 2006. En este artículo de Campanitas, también en esa misma franja de tiempo, analizaremos la relación de santería en la familia, concretamente, por aparición de un mismo apellido en la cuadrilla y en las esquinas; pues a principios del siglo XXI, Lucena fue una de las poblaciones más destacadas de Andalucía en actividad económica e industrial. Esto llevó parejo un aumento de la población y, por consiguiente, del interés social, reflejado en actividades culturales, lúdicas, laborales y, por supuesto, de tipo festivo y religioso. Para ello se han utilizado las revistas de La voz y Entrevarales, principalmente, y las de las cofradías en menor medida, a fin de crear una base de datos o listado de los santeros y sus santerías (de Semana Santa) de estos años, que se ha puesto al servicio de esta cofradía y de la web Paseillo.es; salvando en varios momentos problemas como erratas en los nombres o en los apellidos, el empleo arbitrario de motes e, incluso, fotos equivocadas; en cambio, los datos de población han sido obtenidos de la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE).
 
1.- NÚMERO DE SANTEROS DEL LUSTRO 2002-2006 EN SEMANA SANTA
Cada uno de los distintos pasos procesionales de Semana Santa tiene un número concreto de santeros, entre 24 y 28: son los denominados sitios. Sin embargo, esto no quiere decir que por cada sitio haya que contabilizar un santero, pues hay algunos que salen dos o tres veces el mismo año. Tras analizar las cuadrillas, contabilizamos el siguiente número de santeros para cada año:
2002: 881 santeros.
2003: 882 santeros.
2004: 911 santeros.
2005: 892 santeros.
2006: 900 santeros.
El total de personas registradas que santearon durante los cinco años es de 1744, de los que 140 (8%) salieron más de una vez en la Semana Santa de un mismo año.
 
2.- SANTERÍA Y FAMILIA
Recogidos los nombres de los 1744 santeros, se contabilizan 316 apellidos, lo que comprende evidentemente un mayor número de familias directamente implicadas en las santerías de esos años; por ejemplo, se registran 95 nombres con el apellido Muñoz, 51 con Jiménez, 46 con García, 35 con Gómez, 34 con Pineda, entre otros; es decir, no todos los 95 hombres apellidados Muñoz pertenecen a una misma familia, ni los 51 Jiménez, y así debemos tener en cuenta este dato con el resto. En varias cuadrillas observamos a padres que santean junto a sus hijos, pero no es propósito de este artículo determinar la relación familiar entre los santeros, sino cómo la familia-apellido determina el puesto en la cuadrilla y, concretamente, en las esquinas.
Como es obvio, el manijero lleva el sitio más importante y, por lo general, es el encargado de formar la cuadrilla. Analicemos en qué proporción alguna de las esquinas llevan el mismo apellido del manijero.
–En 2002 esta circunstancia se produce en 22 cuadrillas (61% de los pasos de Semana Santa).
–En 2003, en 20 cuadrillas (55%).
–En 2004, en 17 (46%).
–En 2005, en 18 (50%).
–Y en 2006, en 19 (51%).
Respecto a la presencia por esquinas, se observa una clara preferencia por la izquierda a la hora de colocar en ella a un familiar, pues durante los cinco años es la esquina con  mayor afinidad con el apellido del manijero, seguida por la mala (salvo en 2002) y, finalmente, por la de la salud, como se muestra en el siguiente cuadro que refleja el número de ocasiones en que el manijero tiene el mismo apellido con las esquinas.
 
 
M-EI
M-EM
M-ES
 
Cuatro esq.
2002
13
6
9
 
0
2003
19
6
2
 
1
2004
12
10
4
 
3
2005
13
9
5
 
3
2006
14
13
6
 
4
Leyenda: M (Manijero), EI (Esquina izquierda), EM (Esquina mala), ES (Esquina de la salud).
 
Lamentablemente, no disponemos de espacio para citar uno a uno cada caso, pero sí destacamos estos datos de interés.
No es alto el número de cuadrillas cuyos santeros de las cuatro esquinas posean el mismo apellido. En 2002 no hubo ninguna. Una en 2003 (Encuentro, mandado por A. R. Cazorla), cuatro en 2004 (Pollinita del Carmen –P. Ramírez–, Jesús Preso –P. Pérez–, Magdalena –J. J. Jiménez– y Virgen del Socorro –A. Algar–), tres en 2005 (Pollinita del Carmen –A. L. García–, Virgen de la Esperanza –M. Guardeño– y Jesús Nazareno –A. Algar–), y cuatro en 2006 (Pollinita –J. Muñoz–, Huerto –J. M. García–, Columna –M. Guardeño– y Virgen del Socorro –J. A. Jiménez).
Una vez vista la relación entre las esquinas, a partir del primer apellido del manijero, atendamos a una variante: la afinidad de apellidos (primer apellido) entre una esquina y el resto de sitios de dicha esquina (contraesquina, pata, contrapata, etc.); es decir, utilizando un ejemplo, en la cuadrilla de Ntra. Sra. de las Angustias (Virgen de Piedra) de 2003, el manijero fue J. M. Calzado y en su repisón llevó a J. Calzado; F. Requerey llevó la esquina izquierda y llevó a dos familiares en su contraesquina (F. Requerey) y en su punta varal (V. Requerey); y en la esquina mala encontramos a A. Navarro, quien tuvo en su pata y en su contrapata, a C. Navarro y a R. Navarro, respectivamente.
Esto se da en 23 cuadrillas en 2002, 14 en 2003, 15 en 2004, 20 en 2005, y 20 en 2006; pero, ¿qué esquina se ha compuesto mayormente por su afinidad con el apellido del esquinero?
 
 
Manijero
Izquierda
Mala
Salud
2002
9
8
8
11
2003
9
4
1
6
2004
9
3
5
3
2005
3
4
8
7
2006
6
7
5
9
 
De esta tabla, podemos resaltar lo siguiente:
En 2002, once esquineros de la salud (30% de las esquinas de la salud) llevaban algún familiar en alguno de los sitios de su esquina, seguido de cerca del resto de esquinas.
En 2003 y 2004, nueve manijeros (25% en 2003 y 24% en 2004 – hay un manijero más que el año anterior, debido a la salida de la Virgen de los Dolores de la Archicofradía del Carmen–) colocaron familiares en los sitios de su propia esquina.
En 2005, la esquina mala y, de nuevo, la de la salud (ambas esquinas, en torno al 20%) son las que en mayor número de ocasiones se componen de una misma familia.
En 2006, es la de la salud la más empleada.
Situándonos sobre las cuadrillas, dos sobresalen en este punto: la de Nuestro Padre Jesús de 2003, en la que el manijero (F. Arjona) ha colocado en su esquina a tres familiares (A. Arjona en la contraesquina, M. Arjona en la punta varal y F. Arjona en el repisón) y la de la Pollinita del Carmen de 2004, en la que encontramos que cada esquinero ha colocado familiares en distintos sitios de sus respectivas esquinas, entre hermanos e hijos, participan distintas generaciones, comenzando por el manijero (P. Ramírez) que le acompaña en la punta varal a J. Ramírez; la esquina izquierda es de M. Ramírez, que tiene familiares en la punta varal (J. Ramírez), pata (M. Ramírez) y contrapata (S. Ramírez); la esquina mala (A. Ramírez) tiene a J. Ramírez en la pata; y la esquina de la salud (M. Ramírez) comparte apellidos con la contraesquina (A. Ramírez) y la pata (J. Ramírez).
En efecto, en esta última cuadrilla sobresale el gran número de personas con el mismo apellido que santean, casi el 50%. Debemos concluir como habitual que dos, tres o cuatro personas con el mismo apellido santeen, pero más de cinco santeros es poco frecuente. Después de la cuadrilla ya citada de la Pollinita del Carmen de 2004, le siguen la del Lavatorio de ese mismo año, en el que santean hasta siete hermanos, llevando solo una esquina el manijero (P. Bergillos), el resto le acompaña en dos puntas varales, una pata, una segunda contrapata y dos repisones; y la de Jesús de 2005, mandada por A. Algar, con hermanos e hijos en el resto de las esquinas, las dos puntas varales delanteras y una contraesquina.
Cuadrillas con seis familiares encontramos muy pocas, casi dos por año:
En 2002, la de la Virgen de la Esperanza, el apellido Muñoz.
En 2003, los Redondo en el Derribo y los Muñoz en la Columna.
En 2004, los Lara en la Esperanza y los Beato en la Soledad.
Y en 2006, los Muñoz en la Pollinita y los Jiménez en la Virgen del Socorro.
De cinco santeros con igual apellido, hay el doble:
En 2002, los Roldán en la Pollinita, los Díaz en la Estrella, los Peñalver en el Derribo y los López en el Lavatorio.
En 2003, los Muñoz en la Virgen de la Pasión, los Arjona en Jesús y los Torres en la Virgen de la Capilla.
En 2004, los Espejo en la Pollinita, los Requerey en el Huerto, los Jiménez en la Estrella, los Rodríguez en el Derribo, los Torres en Jesús, los Jiménez en la Magdalena y los Beato en la Soledad.
En 2005, rompiendo la estadística, únicamente encontramos a los Guardeño en la Esperanza.
Y en 2006, los Jiménez en el Cristo del Encuentro, los Servián en el Lavatorio, los Guardeño en la Columna y los Jiménez en el Resucitado.
Curiosamente, como se puede observar, de los cinco años, hasta en tres ocasiones los pasos más «familiares» son la Pollinita, el Derribo, el Lavatorio, la Virgen de la Esperanza, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen del Socorro.
 
CONCLUSIONES
 
– Entre los 1744 santeros analizados, hasta 316 apellidos diferentes se han registrado en nuestro estudio, lo que evidencia una cifra mayor a esta de familias implicadas, ya que no todos los hombres apellidados Muñoz pertenecen al mismo núcleo familiar, e igual con Jiménez o López, entre otros.
–Salvo en 2002, que el dato es del 61%, en el resto de años de nuestro estudio la afinidad del apellido del manijero con alguno de los santeros de sus esquinas está en torno al 50% de las cuadrillas. Entre las esquinas, es mayor el número de coincidencias con la izquierda.
–Respecto a los esquineros que comparten apellido con alguno de los sitios de su esquina, se da en torno a 15 y 23 cuadrillas, encontrando esta circunstancia mayormente la esquina del manijero y la de la salud. Así, lo habitual es que coincidan en una cuadrilla menos de cinco personas con el mismo apellido; en cambio, lo contrario sucede en menos ocasiones: una sola cuadrilla se compuso con once personas con el mismo apellido, tanto hermanos, hijos y otros familiares del manijero (Ramírez, Pollinita del Carmen, 2004), y otra con siete, todos hermanos (Bergillos, Lavatorio, 2004). Hemos señalado siete cuadrillas con seis santeros de la misma familia y diecinueve con cinco. A esto se une que hasta en tres ocasiones, durante cinco años, haya algunos pasos en los que una familia más participa: la Pollinita, el Derribo, el Lavatorio, la Virgen de la Esperanza, Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen del Socorro.
 
BIBLIOGRAFÍA:
MORENO NAVARRO, I. (1997): «Los rituales festivo religiosos andaluces en la contemporaneidad», en SÁNCHEZ RAMOS y RUIZ FERNÁNDEZ, Actas de las I Jornadas de religiosidad popular. Instituto de Estudios almerienses, pp. 319-332.
MORENO NAVARRO, I. (2010): «Correr la vega: dicotomías sociales y ritual en la Semana Santa de Antequera». Revista ph, pp. 48-54.
PLATA GARCÍA, F., y otros (1997): Conservación del patrimonio cofradiero. Ayto. de Lucena.
Entrevarales, 2002.
La Voz, «Especial Semana Santa». Ejemplares de 2002 a 2006.

La santería de 2002 a 2006 (I): Población, número y esquinas

Este artículo aparecerá en Silencio, revista -hoy digital- de la Cofradía del Cristo del Silencio de Lucena. Se complementa con otro ya publicado en la revista Campanitas (número 27, 2014, pp. 49-51), editada por la Cofradía del Cristo del Amor de Lucena.
LA SANTERÍA DE 2002 A 2006:  POBLACIÓN, NÚMERO Y ESQUINAS.
Manuel Guerrero Cabrera
 
«La pertenencia, además, a asociaciones y grupos de sociabilidad para el ritual –hermandades, cofradías, corporaciones, cuarteles, cuadrillas de costaleros, santerías, incensarios, bandas musicales, etc.– supone también una importante vía para la superación del aislamiento individualista que conlleva la modernidad. […] sus componentes, sin perder la individualidad del protagonismo, son y se sienten parte de un nosotros colectivo que trasciende el individualismo: bajo los antifaces, todos iguales, de nazarenos, o bajo las trabajaderas o el varal de un paso o trono».
 
Estas palabras de Isidoro Moreno Navarro se relacionan claramente con la Semana Santa, una de las fiestas de carácter social-religioso más importantes de Lucena, al igual que en la mayor parte de Andalucía. Frente a otras poblaciones, destaca su originalidad en el modo de llevar los pasos, denominado santería, que, pese a ser exclusiva de los hombres, implica a toda la familia de varias generaciones. Este trabajo no pretende analizar qué es la santería, su origen o su destino, sino que pretende establecer algunos datos porcentuales respecto a la población lucentina y la santería misma (número de santerías y esquinas), entre 2002 y 2006, pues a principios del siglo XXI, Lucena fue una de las poblaciones más destacadas de Andalucía en actividad económica e industrial. Esto llevó parejo un aumento de la población y, por consiguiente, del interés social, reflejado en actividades culturales, lúdicas, laborales y, por supuesto, de tipo festivo y religioso. Para ello se han utilizado las revistas de La voz y Entrevarales, principalmente, y las de las cofradías en menor medida, a fin de crear una base de datos o listado de los santeros y sus santerías (de Semana Santa) de estos años, salvando en varios momentos problemas como erratas en los nombres o en los apellidos, el empleo arbitrario de motes e, incluso, fotos equivocadas; en cambio, los datos de población han sido obtenidos de la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE).
 
1.- SANTERÍA Y POBLACIÓN
Cada uno de los distintos pasos procesionales de Semana Santa tiene un número concreto de santeros, entre 24 y 28: son los denominados sitios. Sin embargo, esto no quiere decir que por cada sitio haya que contabilizar un santero, pues hay algunos que salen dos o tres veces el mismo año. A continuación se contabiliza el número de santeros que han participado cada año y el número de sitios, lo que implica un alto porcentaje de santeros que participan una vez:
2002: 881 santeros. 924 sitios. 95.34%
2003: 882 santeros. 924 sitios. 95.45%
2004: 911 santeros. 948 sitios. 96.09%
2005: 892 santeros. 924 sitios. 96.53%
2006: 900 santeros. 952 sitios. 94.53%
El total de personas que santearon durante los cinco años es de 1744, de los que 140 (8%) han santeado más de una vez en la Semana Santa de un mismo año.
Respecto al número de sitios, este viene determinado por la procesión de la Virgen de los Dolores y el nuevo trono del Santo Entierro; la primera sucede en 2004 y 2006, y el segundo, en 2006 únicamente.
Si comparamos estos datos con la población total de Lucena –niños y mujeres incluidas–, el porcentaje de participación en la santería de la Semana Santa de estos cinco años resulta bajo, aunque se eleva al doble, si realizamos el cálculo con el total de santeros que han participado durante ese tiempo (1744) y una media de los datos de población.
 
Año
Población
Porcentaje población-   santeros
2002
37669
2,33
2003
38598
2,28
2004
39259
2,32
2005
39783
2,24
2006
40143
2,24
Media población
39090,4
4,45
 
Como la santería es algo exclusivo del hombre, analicemos los datos atendiendo a la población masculina. Hemos tomado el grupo de varones de 16 a 64 años, aunque somos conscientes del bajísimo número o de la improbable participación en Semana Santa de santeros con edad de 16 y de 64. El porcentaje de cada año está en torno al 7% de la población masculina.
 
Población masculina   españoles 16-64
Porcentaje población   masculina-santeros
12175
7,23
12401
7,11
12582
7,24
12748
7
12871
6,99
 
Si de 2002 a 2006 han santeado 1744 hombres, esta cifra representa un 13,54 de la población en 2006. Evidentemente, es fácil suponer que el número será mayor si ampliamos el margen de tiempo, pues año a año aumentan los santeros, a lo que se suma que repite un 60% aproximadamente al siguiente. Así, es significativo que solamente 242 santeros de 2006 (26.88%) hayan santeado los cinco años, ya que esta es la cifra que correspondería al grupo más estable de participación en Semana Santa del lustro que estudiamos.
 
Año
Repiten del año   anterior
Porcentaje sobre   participación de ese año
2003
519
58,84
2004
564
61,9
2005
584
65,47
2006
555
61,66
 
2.- CANTIDAD, COFRADÍA Y ESQUINA.
En este segundo apartado del trabajo, atendemos tres aspectos: Cantidad o qué santeros han realizado más santerías en este tiempo; cuántos santeros han procesionado únicamente pasos de una sola cofradía; y cuántos santeros han ocupado alguna de las esquinas en tres o más ocasiones.
Debemos destacar únicamente a ocho santeros de los 1744, pues han realizado (dentro de las procesiones de Semana Santa) más de 7 santerías en los cinco años, con el resultado de:
  • M. García Rapao: 9 santerías. Cristo de la Humillación y Virgen de los      Ángeles (2002), Cristo de la Humildad y Virgen de los Ángeles (2003),      Verónica (2004), Cristo del Encuentro y San Juan (2005), Virgen de la      Pasión y Resucitado (2006).
  • M. Redondo Calero: 8 santerías. Pollinita (2002), Cristo de la Pasión      (2003), Virgen de la Estrella y Virgen de la Amargura (2004), Cristo del      Encuentro, Virgen de la Amargura y Magdalena (2005) y Cristo del Amor      (2006).
  • A fin de ahorrar espacio, con siete santerías encontramos a P. Burguillos,      P. Fuentes, J. Hofmeyer, J. C. Martos, M. Martos y J. Ruiz Cabito.
 
En la santería, el sitio más importante es el del manijero, que forma su cuadrilla. No obstante, de forma equivalente, aunque con menor relevancia, el resto de las esquinas (izquierda, mala y de la salud) también son sitios destacados en una santería, pues dirigen a los hombres que les corresponde en cada contraesquina, pata, etc. Por lo tanto, ¿hay santeros que sobresalgan por santear en las esquinas? ¿Es recurrente de algunos santeros ocuparse de alguna de las esquinas, incluyendo la del manijero?
De los 1744 santeros, solamente encontramos uno que en los cinco años que estudiamos ha ocupado cinco veces una esquina, concretamente, la manijería en tres ocasiones y la esquina de la salud en dos: C. Beato.
Cinco santeros han salido cuatro veces en una esquina: A. Algar (dos manijerías, una mala y una izquierda), R. Egea (una manijería y tres malas), J. A. Jiménez (una vez en cada esquina), J. Peñalver (dos manijerías, una izquierda y una de la salud) y J. C. Redondo (dos esquinas malas, una izquierda y una de la salud).
Finalmente, hemos registrado 24 santeros que en tres ocasiones han salido en una esquina.
 
CONCLUSIONES.
–La participación directa de los santeros representó entre 2002 y 2006 un porcentaje muy bajo de la población (en torno al 2,6%), siendo más elevado entre la masculina (en torno 13,54%). No obstante, estos porcentajes no son representativos ni definitivos de la participación lucentina en la Semana Santa, porque obvian a los hermanos de vela, a los menores de edad involucrados, a las mantillas, a los miembros de las Juntas de Gobierno y demás personas relacionadas con la Semana Santa (por ejemplo, santeros que no han sido «aviados»).
–De los 1744 santeros, en torno al 60% (entre 519 y 584) repiten de un año para otro, manteniéndose un 26,88% (242) todos los años de nuestro estudio y que, por lo tanto, es un grupo estable.
–En cinco años, lo habitual es salir en Semana Santa menos de cinco o seis veces, encontrando a ocho santeros que lo han hecho en mayor número de ocasiones.
–De los 1744 santeros, solamente encontramos uno que en los cinco años que estudiamos ha ocupado cinco veces una esquina. Además, cinco santeros han salido cuatro veces en una; y 24 santeros lo han hecho en tres ocasiones.
Segunda parte:
http://manuelgc.blogcindario.com/2014/04/00276-la-santeria-de-2002-a-2006-parte-2-familias-en-las-cuadrillas.html
BIBLIOGRAFÍA.
MORENO NAVARRO, I.(1997 ): «Los rituales festivo religiosos andaluces en la contemporaneidad», en SÁNCHEZ RAMOS y RUIZ FERNÁNDEZ, Actas de las I Jornadas de religiosidad popular. Instituto de Estudios almerienses, pp. 319-332.
Entrevarales, 2002.
La Voz, «Especial Semana Santa». Ejemplares de 2002 a 2006.

Desde Antonio Burgos hasta nuestra Semana Santa. Artículo en Surdecordoba.com

Mi nueva aportación en Surdecordoba.com:
http://www.surdecordoba.com/opiniones/manuel-guerrero-cabrera/antonio-burgos-nuestra-semana-santa
Aunque en nuestra tierra se vive la Semana Santa, si no la totalidad, casi los 365 días del año, sé que no digo nada nuevo al afirmar que desde enero la tengo muy presente. Y ahora, a unos días del comienzo, mucho más. No se trata de que algún familiar o amigo sea santero o de que yo esté involucrado en alguna cofradía, sino que todo se debe a un aspecto más literario. Uno de los regalos de Reyes fue un libro que ya tenía en mi biblioteca y que, por la bondad de la librería, me cambió por otro que tuviera en sus estanterías. En cuanto vi el nombre de Antonio Burgos, no lo dudé y, así, adquirí Memorias de la vieja dama, cuyo subtítulo es «Mis mejores artículos sobre Sevilla». A Antonio Burgos lo leía en El Mundo y, ocasionalmente, en ABC, hasta que en su web pude seguirle más fielmente. En el libro se recogen varios artículos en los que Sevilla es la protagonista y, en la sección «El camino más corto», en los que la Semana Santa representa un papel más allá de lo importante, digamos que en comunión simbólica del ánimo de Sevilla con su Semana Santa de Pasión. Así, aunque son inolvidables los dedicados al Gran Poder y a la Macarena, me han llenado de emoción los que tratan sobre quienes hacen posible la Semana Mayor, desde Javier, aquel nazareno del último tramo del Crucificado del Lunes Santo, hasta quienes están en el hospital en esas fechas y reciben la visita de sus familiares vestidos con la túnica.
Aunque evidentemente Antonio Burgos no hace mención a Lucena en ningún artículo, el interés por esta ha crecido en mí como la ilusión del día de Reyes en un niño, de tal manera que en aquellos artículos en los que la propia Sevilla semanasantera y algunos de sus lugares, o alguna devoción en concreto (aparte de las mencionadas del Gran Poder y de la Macarena), adquieren un relieve mayor, me permito la licencia de trasladar sus palabras a Lucena.
«Piedras y bronces viendo cofradías» ofrece un original modo de ofrecer la Semana Santa tal y como la contemplan las piedras y bronces de la capital. Si lo imaginamos en Lucena, San Mateo, San Pedro y San Pablo son los primeros en contemplar el inicio del Domingo de Ramos y, además, tienen un lugar idóneo para ello en la portada de nuestra Parroquia de la Plaza Nueva, pues admiran el paso de todas las cofradías, salvo la del Carmen. Digamos que las llaves de San Pedro tiene un segundo significado, no solamente abre con ellas la puertas del cielo, sino también las del cielo de nuestra Semana Mayor; que San Pablo está a su lado, para custodiar que nadie se las quite; y que San Mateo debe tener el sitio principal, para repasar una y otra vez las Escrituras y que no haya nada discordante con el Evangelio lucentino.
Con trote santero, Jesús llega al Llanete de San Francisco, donde San Jorge le ofrece agua para las bestias, que aún queda mucho por recorrer, a sabiendas de que después no se podrá detener, pues Le siguen sin descanso Jesús de la Agonía y de la Bondad, y su Madre de la Estrella y del Divino Consuelo, a quien susurra San Juan que el Encuentro Inmaculado con Nuestra Madre sucede en la Plaza de San Agustín. Y de vuelta a la Plaza Nueva la imagen de la Fe, en el balcón del Sagrario, juega a hacernos creer que permanece impertérrita, pero, siempre, en la oscuridad que proporciona la salida del Silencio, seguro que no resiste la tentación de mirar por encima de la venda.
En estos términos me entretenía tras la lectura de los artículos de don Antonio.
Pongo otro ejemplo: en el artículo «El Dios gitano de la lluvia», Antonio Burgos habla de que en las Semanas Santas de agua la Hermandad de los Gitanos tiene claro que sale. Es muy ilustrativo el ejemplo de aquel hermano de Los Gitanos que, al llamar al Servicio Meteorológico, tras este avisarle de que iba a caer una buena, le respondió: «Pues nosotros vamos a salir, porque si el Señor de la Salud se moja es porque Él quiere mojarse…». Y, pensándolo bien, para los hermanos y devotos del Cristo de los Gitanos, ¿habría de veras una madrugá o una Semana Santa sin su Cristo? ¿A que no? Igual me imagino, cuando el agua pone en entredicho el Jueves o el Viernes Santo, ¿habría una Semana Santa sin el Cristo de la Columna o sin Jesús? ¿Quizá si llueve es porque Él quiere mojarse?
Por último, en «Estreno de Domingo», nos damos cuenta de cómo uno, de chico, se viste de hermano, con los cuidados de limpieza y planchado de la túnica, que hacen las madres, quienes nos asisten con los pestiños y roscos que conllevan estas fechas para aguantar todo el recorrido; y que en la adultez, siguen insistiéndonos con los pestiños y los roscos para sobrellevar más dulcemente ver las procesiones y lo que ofrecen estos días.
Animo a que lean los artículos semanasanteros de Antonio Burgos y que no duden en lanzar la imaginación al vuelo y situar sus palabras en nuestra Lucena, para la que pronto llegará el Domingo de Ramos, en el que, tomando las palabras de este sevillano, basándose en las de otro, el gran poeta Rafael Montesinos, «todos somos niños de Domingo de Ramos que estrenamos cada día las manos de un amor, de un sueño del país de la esperanza».

El Lavatorio de Pedro de Mena: secreto desvelado en Lucenahoy.com

Mi nueva aportación en Lucenahoy.com trata sobre el descubrimiento del Historiador del Arte Manuel García acerca de la autoría del grupo escultórico del Lavatorio de Lucena, que ya sí se puede decir, con documento en la mano, que es de Pedro de Mena Medrano.
http://www.lucenahoy.com/lucena/blogs-opinion/en-la-enfre-y-en-la-lengua/item/7435-opini%C3%B3n-el-lavatorio-de-pedro-de-mena-secreto-revelado,-por-manuel-guerrero-cabrera
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene para «secreto» doce acepciones, y la de «Cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta» aparece en primer lugar. Aunque, en verdad, para el asunto que concierne a este artículo, resulta más clarificadora la tercera, que dice «Conocimiento que exclusivamente alguien posee de la virtud o propiedades de una cosa o de un procedimiento útil en medicina o en otra ciencia, arte u oficio»; y así es, pues en 2011, mi amigo, el joven Historiador de Arte lucentino don Manuel García Luque, Premio a la Excelencia Académica 2009, me dio a leer una transcripción de la Escritura de Capital de don Luis de Soto y Guzmán (en resumidas cuentas, Hermano Mayor de la Archicofradía de la Veracruz y Paz desde 1674 a 1679), en el que da relación de sus bienes. Si grande fue mi sorpresa al encontrarme allí que aludía a dos tallas, una de Jesús y otra de San Pedro que realizó en Málaga Pedro de Mena, ¿cómo sería la de mi tocayo investigador? «Esto debe ser un secreto hasta que pueda publicarlo en una revista especializada», me confesó. Había conseguido resolver la autoría del Lavatorio, de tal modo que, al mismo tiempo que él ratificaba la tercera acepción de «secreto», yo me comprometía con la primera.
 
Y llegamos a 2014, cuando por fin se publicará en el Anuario del Departamento de Historia y de Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, cuyos números suelen aparecer a mediados de año y, por lo tanto, puede revelarse. Supongo que el lector cofrade podrá recriminarme que eso ya se sabía y aprovechará para recordarme que lo de Pedro de Mena era un «secreto a voces»… Pues no exactamente. Hasta ahora todo apuntaba a que la autoría era suya, pero no había un documento que lo acreditase. Es cierto que se sabía que se había enviado a Málaga durante la época en que este escultor vivía allí, que el estilo de las imágenes era propio de este escultor, pero no nos había llegado ninguna documentación, como el libro de cuentas de la Veracruz en el que figuraba que el Cristo amarrado a la Columna es de Pedro Roldán.
 
Según me cuenta Manuel García Luque, sin ánimo de secretismo alguno, este descubrimiento lo expondrá con mayor detalle en Fe y Hermandad, boletín de la Cofradía de la Santa Fe (que podrá descargarse desde su blog), y en Torralbo, cuyo número correspondiente a la Cuaresma de 2014 se presenta el próximo 3 de abril en el Círculo Lucentino. Sirvan estas líneas para felicitarlo por restar el «atribuido a» delante de Pedro de Mena y Medrano de uno de las mejores y más originales esculturas imagineras de nuestra ciudad: el Lavatorio; por hacer sumar el nombre de uno de los mejores escultores del Barroco a una obra de Lucena.